El desarrollo personal es la capacidad de las personas de crecer a través de sus habilidades, sus capacidades y sus propios recursos. Es importante en el ciclo de vida de las personas porque nos ayuda a ir avanzando y a sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestro entorno.

A veces este ritmo se crecimiento se ve interrumpido por acontecimientos inesperados que hacen que nuestra vida cambie de repente. Un divorcio, la elección o la pérdida de un trabajo, el fin de una relación, etc. provoca un tsunami emocional en nosotros que muchas veces no podemos gestionar. Tomar decisiones en esos momentos no siempre resulta fácil y puede que acabe generándonos un conflicto interior que nos dificulta nuestro día a día. Son las llamadas crisis vitales.

Las crisis vitales muchas veces nos llenan de sentimientos de desprotección y desamparo y acabamos bloqueados en un punto del que no sabemos como salir. El motivo es porque todas las estrategias innatas que hemos utilizado anteriormente para afrontar los problemas parecen no tener el mismo efecto y nos encontramos delante de una situación que no sabemos como abordar.

Desde la psicología breve y estratégica las crisis se pueden tratar como una oportunidad. Delante de acontecimientos nuevos, las personas nos vemos obligadas a salir de nuestra zona de confort y eso implica siempre un aprendizaje. Nos permite reflexionar, evaluar alternativas y replantear incluso nuestros propios valores.

Tipos de crisis

Principalmente distinguimos entre dos tipos de crisis vitales o existenciales. Por un lado tenemos las crisis evolutivas, las cuales están relacionadas con el desarrollo en distintas etapas de la vida, y por otro lado las crisis circunstanciales, las cuales se relacionan con hechos repentinos y por causas externas a la persona.

Crisis evolutivas:

  • Dificultades para afrontar etapas como la maternidad o la paternidad, la emancipación de los hijos.
  • Problemas con la familia y/o los hijos.
  • Crisis de mediana edad.
  • Crisis de la adolescencia.
  • Crisis de juventud
  • Crisis de la tercera edad

Crisis circunstanciales:

  • Separación y/o divorcio.
  • Fracaso económico y pérdidas materiales.
  • Pérdidas de seres queridos.
  • Pérdida y/o adaptación a nuevo trabajo.

Qué puedes hacer

Si estás en un momento de la vida en que te encuentras en medio de una crisis vital y tienes esa sensación de “no tener rumbo” o no te sientes realizado con tu trabajo o con tu pareja, es el momento de que te des un respiro y tomes conciencia de tus sensaciones y emociones.

 

La terapia breve y estratégica puede ayudarte a identificar todo aquello que estás realizando y que no te está ayudando a solucionar el problema. El objetivo es que el terapeuta te ayude a encontrar soluciones propias que te permitan volver a coger las riendas de tu vida. Conocer tus miedos, saber como haber frente a la ansiedad que produce la incertidumbre y aceptar las situaciones cambiantes de tu vida será el comienzo de tu nuevo ciclo vital.